lunes, 9 de julio de 2012

GRESOLET – SANT JORDI


NOTA IMPORTANTE: Esto NO es una descripción de la ruta ni una guía útil para aventurarse a recorrer los Cavalls del Vent. Si quieres datos técnicos busca en la página web oficial o en alguno de los muchos foros que hablan de la ruta. Esto es, simplemente, cómo me lo he pasado yo.
El lunes llegamos a Gresolet, desde donde teníamos previsto empezar la ruta.
MAL HECHO. La pista de seis kilómetros hasta el refugio se tarda más de media hora en recorrer con el coche. Es un rollo. Si la quieres coger es justo antes del puente de entrada, porque los mapas de carreteras la indican mal, confundiéndola con la pista que lleva al refugio Lluis Estasen.
Salimos casi a la una con todo el calor del mundo. La ruta está bien indicada. Al poco de empezar paramos a comer cerca de un abrevadero de caballos justo cuando venían todos a beber, era muy gracioso ver a los potrillos dando coces y poniéndose chulitos. Fue uno de esos momentos “qué boniiiitooo”.


No tan bonito fue descubrir que una “camelback” estaba rota. Gracias al inventor de las bolsas de plástico estancas (de congelados) no se mojó la ropa, y menos mal que llevábamos dos cantimploras cada uno… 


A pesar del calor, todo estaba muy verde y frondoso. El camino pasa por hayedos, pinos rojos, bojs y acebos enormes, y en general puedes ir bastante rato por la sombra.
Son mil metritos de desnivel hasta el refugio de Sant Jordi. Tardamos unas seis horas, parando bastante a hacer fotos.

Si vas con tiempo es obligado remojarse en los empedrats y antes de eso en Cal Cerdanyol puedes coger agua, fue, después de ver que había duchas en el refu, uno de los mejores momentos de la ruta.



En el refu, que está muy bien, nos pudimos duchar con agua calentita antes de la cena a las 7.30. También nos encontramos un grupo de boy-scouts.
Como nos daban un poco de miedo, dejamos que nos olieran y comprobamos que no eran agresivos.
Conversación sobre la cena con Toni, el cocinero y guarda del refu.
—Te han avisado de que somos vegetarianos, ¿verdad? ¿Verdad?
—Pues no. ¿De que tipo?
—De los peorcitos, de los que no comen nada que dé sombra.
—Bueno, tranquilos, que algo improvisaré.

La improvisación fue un puré de verduras y una fuente de pimientos asados con arroz y hamburguesas de tofu. Casi se nos saltan las lágrimas al verlas. Después de la cena y de charlar un poco con la gente con la que compartimos la ruta los días siguientes, a la cama, que la siguiente jornada era dura.


 Dormimos en el ático derecha, es decir, en la tercera planta de literas, “en el abismo”.

Para desayunar teníamos leche de soja y todo. Estos refugios están más preparados que muchos restaurantes de “alto standing” de Valladolid.
EDUARDO QUIERE DECIR ALGO SOBRE LOS RONQUIDOS EN LOS REFUGIOS:
 Yo ya no ronco. Hace un tiempo me operé, me quité el velo del paladar y en su lugar me implanté un emisor de FM que emite los Grandes Exitos de Queen. Si en un refugio, por la noche, oyes a alguien roncar “Galileo, Galileo”, ese soy yo.

4 comentarios:

  1. Esta página está bien estructurada. Los comentarios, junto con las bonitas fotos hacen que nos situemos mejor en la experiencia que habeis vivido.
    Espero que la próxima vez hagais lo mismo. Un abrazo CRUZ

    ResponderEliminar
  2. Mi marido también tiene un reproductor de FM, pero el solo emite Wagner... Me encantó tu blog y me ayudó como montañista vegana...
    Saludos Valeria

    ResponderEliminar