NOTA IMPORTANTE: Esto NO es una descripción de la ruta ni una guía útil para aventurarse a recorrer los Cavalls del Vent. Si quieres datos técnicos busca en la página web oficial o en alguno de los muchos foros que hablan de la ruta. Esto es, simplemente, cómo me lo he pasado yo.
Miercoles 27 de junio. Antes de desayunar subimos a la Tossa, que está al lado del refu, hacía fresquito.
Miercoles 27 de junio. Antes de desayunar subimos a la Tossa, que está al lado del refu, hacía fresquito.
Desayunamos y empezamos a bajar. Aprovechamos para Subir a Penyes Altes, que pillaba un poco de camino y tenía buenas vistas, y luego empezamos la madre de todas las bajadas.
Al principio bien, pero la bajadita es un poco resbaladiza y es muy difícil no acabar plantando el culo en el suelo en algún momento. También es muy difícil no cabrearse y sentirse muy tonto cuando te ocurre. Cuando ya no aguantas más y estás a punto de parar por puro aburrimiento… tienes que seguir bajando un rato más. La alegría de la ruta. Por eso no tengo fotos de esta parte....
Es una pena porque la vegetación es magnífica en toda la bajada y se disfruta… relativamente vaya! Pero como nada es eterno terminamos la bajada y, tras una pequeña subida, llegas al Serrat de Les Esposes.
Parece que no pero esto nos llevó unas 5 horitas y media.
Este es otro refu en el que nos habría gustado dormir. Es un refugio precioso y la guarda es encantadora y buena cocinera (¡sabía lo que era el seitán! ¡Hacía su propio paté de alubias con tahini!). Nos comimos otro bocata con nuestro embutido pavo-vegano y charlamos un rato con Jordi y Alba, una pareja del Vendrell con la que compartimos luego bastantes kilómetros.
Abajo se puede ver el refu, esta en una ubicación explendida. |
Del Serrat al refu de Els Cortals se nos hizo pesado, porque había poco bosque y hacía todo el calor del mundo. Nos refrescamos en una fuente que olía a vaca y llegamos más o menos bien, acalorados pero contentos.
En este refu las guardas nos estaban esperando, sabían que somos unos comelechugas y además había una ducha.
¡La vida! ¡La gloria! Latas frías de San Miguel a cascoporro y vino gratis en la cena, lo que hizo que nos hiciéramos todos un poco más amigos. Ensalada enorme y hamburguesas de calabacín y tofu. Por la mañana, leche de soja con avellanas.No besamos a las guardas porque andaban muy atareadas.
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